No soy ni el
Ego ni la Razón.
No soy la
mente ni el pensamiento.
No puedo ser
escuchada ni descripta en palabras ni
puedo ser
captada por vía del olfato o de la vista.
No puedo ser
encontrada en la luz ni en el viento, ni
Tampoco en la
Tierra o en el Cielo.
Soy Conciencia
y alegría encarnadas, Gloria de los Bienaventurados, yo soy.
No tengo
nombre ni tengo vida, no respiro aire vital.
No he sido
moldeada por los elementos, ninguna
Cubierta
corpórea es mi hogar.
No tengo
discurso, no tengo manos ni pies, ni medios
para
evolucionar.
Soy Conciencia
y alegría, Bienaventuranza en la disolución.
Dejo a un lado
el odio y la pasión, he vencido
la desilusión
y la avaricia.
Ningún indicio
de orgullo me acaricia, por lo cual la
envidia no
alimento.
Más allá de
todas las creencias religiosas, por encima de la fortuna,
por encima de
la libertad, por encima del deseo,
Soy conciencia
y alegría, la Suprema felicidad es mi atuendo.
Ni la virtud
ni el vicio, ni el placer ni el dolor son mi herencia.
Ni los textos
sagrados, ni las ofrendas, ni las oraciones,
ni los
peregrinajes.
No soy
alimento ni el acto de comer ni el que se alimenta.
Soy Conciencia
y alegría encarnada,
Gloria de los
Bienaventurados yo soy.
No soy pasible
de muerte, no estoy dividida en
castas ni
razas.
Ningún padre
me ha llamado Hijo,
Ninguna
atadura de nacimiento me aprisiona.
No soy
discípulo ni maestro, no tengo compinches ni amigos.
Soy Conciencia
y alegría, sumergirme en la Gloria es mi destino.
No soy ni lo
conocido, ni el conocimiento o
El conocedor,
sin forma es mi forma.
Habito en los
sentidos, pero ellos no son mi hogar.
Serena y en
equilibrio, no soy ni libre ni esclava.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Da lo que tengas para que merezcas recibir lo que te falta.